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Seguro que has oído hablar de los beneficios para la salud de la dieta mediterránea. No es una de esas “dietas” rígidas que se siguen a corto plazo, sino que es una forma de comer para la salud y el bienestar general de por vida; se la conoce más por promover el bienestar cardiovascular que por la pérdida de peso.

 

Basado en observaciones epidemiológicas de que las personas mayores que viven en los países mediterráneos de Italia y Grecia tenían una incidencia sorprendentemente baja de enfermedades cardíacas en comparación con sus homólogos de América del Norte, particularmente los EE.UU. Cuando se busca descubrir por qué una población residente presenta ciertos problemas o tendencias de salud, los científicos tienden a observar la dieta y el medio ambiente. En este caso, los residentes del Mediterráneo tienden a consumir grandes cantidades de aceite de oliva virgen extra, aceitunas, pescado, cereales integrales, frutos secos, semillas, aves y lácteos. Rara vez se consumen carnes rojas.

 

El histórico estudio PREDIMED de 2013 investigó la relación entre el consumo de la dieta mediterránea y el estado cardiovascular, y mostró una reducción sustancial de la enfermedad cardiovascular en 7,447 personas que tenían un alto riesgo de desarrollar la enfermedad en el transcurso de cuatro años y ocho meses. Los participantes recibieron tres dietas diferentes:

  • Dieta Mediterránea con añadido de aceite de oliva virgen extra (Med + Olive Oil).
  • Dieta Mediterránea con frutos secos añadidos (Med + Nuts).
  • Grupo de control bajo en grasas.

 

Este estudio inspiró varios artículos de investigación que investigaron más de cerca factores de riesgo y criterios de valoración específicos.

 

Un equipo analizó el riesgo conjunto de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muerte por enfermedad cardíaca. Descubrieron que el riesgo de los tres se redujo en un 30% en el grupo Med + Aceite de Oliva y en un 28% en el grupo Med + Nueces. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular disminuyó hasta un 39% en ambos grupos de dieta mediterránea. Además, otros factores (niveles altos de colesterol y presión arterial y obesidad) respondieron favorablemente a la dieta.1

 

Otro estudio analizó el LDL oxidado en 372 participantes de PREDIMED después de tres meses de estudio; y encontró que los niveles disminuyeron en ambos grupos de dieta mediterránea, pero no en el grupo de dieta baja en grasas. 2

 

El síndrome metabólico es un conjunto de estados que significan un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes tipo II. El colesterol, la presión arterial, la grasa abdominal y los niveles elevados de azúcar en sangre son factores que constituyen esta condición. La dieta mediterránea, como se ha demostrado, incide positivamente en varios de estos factores. Y un equipo examinó un grupo dentro de la cohorte inicial PREDIMED (418 participantes) que tenía niveles de azúcar en sangre dentro del rango normal. Los investigadores encontraron que casi el 18% del grupo con dieta baja en grasas desarrolló diabetes tipo II en comparación con el 10% y el 11% de aquellos en los dos grupos con dieta mediterránea; además, los investigadores concluyeron que consumir la dieta mediterránea reducía el riesgo de diabetes tipo II en un significativo 52%. 3

 

Curiosamente, en lo que se refiere al síndrome metabólico, los investigadores de esta investigación encontraron que aquellos en ambos grupos de dieta mediterránea habían mejorado la relación total:HDL y habían reducido la presión arterial sistólica.

Otro alimento clave que se consume en el Mediterráneo, especialmente en el sur de Italia, es la bergamota (un tipo de limón, Cergus bergamia Riso). El jugo de bergamota era tradicionalmente reconocido por la población local como un remedio para mantener un nivel saludable de colesterol y la salud cardiovascular. El jugo y el albedo de la bergamota tienen un perfil único de flavonoides y glucósidos, como neoeriocitrina, neohesperidina, naringina, rutina, neodesmina, roifolina y poncirina. Se ha demostrado que la naringina es beneficiosa en modelos animales de aterosclerosis, mientras que se ha descubierto que la neoeriocitrina y la rutina exhiben una gran capacidad para prevenir la oxidación del LDL. Es importante destacar que el jugo de bergamota es rico en brutieridina y melitidina con capacidad para inhibir la HMG-CoA reductasa.

 

Los estudios clínicos de Bergamonte® muestran que ayuda a respaldar el bienestar cardiovascular al controlar el colesterol y el azúcar en la sangre de manera saludable, y también fomenta la pérdida de peso. Por favor visita www.hpingredients.com para una investigación completa.

 

1 Estruch R, et al.  New England Journal of Medicine, 2013.

2  Montserrat F, et al. . JAMA Medicina Interna, 2007.

3  Salas-Salvado J, et al. Cuidado de la Diabetes, 2011.

 

 

 

Para obtener más investigaciones sobre la dieta mediterránea, visite www.predimed.us.

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